1910, año del primer título del Barça a nivel nacional.

El Barça conquista su primera Copa de España, la actual Copa del Rey.

Imagen del Barça de 1910.

El día 26 de mayo de 1910, el Barça conquistó su primer torneo nacional: el Campeonato de España.


Hace ya más de un siglo que el Barça conquistó el primer Campeonato de España derrotando en la final al Español de Madrid por 3-2. Fue un título muy importante, ya que en diciembre de 1908 el equipo estuvo a punto de la disolución y finalmente Joan Gamper lo salvó, elevando a 400 el número de socios.


Esa campaña fue muy brillante, ganándose las tres competiciones oficiales disputadas (Campeonato de Catalunya, Copa de los Pirineos y el Campeonato de España).

En el Campeonato de Catalunya ganó los ocho partidos de la primera vuelta, con una superioridad tal que logró 46 goles a favor y sólo 3 en contra. Fue tal la superioridad barcelonista que para en la segunda vuelta el resto de equipos se retiraron, algo habitual en aquellos tiempos.

En la Copa de los Pirineos, primer título de carácter internacional derrotaron en la final disputada en la localidad francesa de Tolouse al al San Sebastián por 2-1.

Pero el título más importante fue el Campeonato de España, la actual Copa del Rey. Suponia el primer título estatal tras dos tentativas erradas en 1902 y 1909. En las semifinales disputadas en Madrid el 24 de mayo, los azulgrana derrotaron al Deportivo de la Coruña por 5-0 y dos días después superaban en la final al Español de Madrid por 3-2 tras remontar un 0-2.

Solà, Amechazurra, Bru, Arseni Comamala, Peris, Forns, Pepe Rodríguez, Grau, Carlos Wallace, Carlos Comamala y Percival Wallace fueron los once jugadores que disputaron esta histórica final.

Carlos Wallace, Pepe Rodríguez y Carlos Comamala fueron los goleadores.


Curiosa y Gran Celebración.

La celebración inicial por parte de los jugadores se realizó en Madrid, en el parque de la Bombilla, donde se sentaron en una terraza a beber vino y tocar la guitarra.

A Barcelona llegaron el 28 de mayo, y los miles de aficionados que les esperaban en el apeadero del paseo de Gràcia de Barcelona, les trataron como verdaderos héroes.